domingo, 1 de febrero de 2009

Regreso.



Viernes a la mañana y la lluvia persiste. ¡Lluvia Divina!. La madrugada fue síntesis de la continuidad. Acto seguido la mañana puso en sus hombros el legado. Un legado tan necesario y natural, como extraordinario. Por su golpeteo en los techos: planchas, tejados y sobre todo en las chapas. La chapa es especial. Solo precisa unas gotas para cantar una canción de cuna, que adormece a las personas sin importar su edad.
¿Qué hay de exótico en el agua de lluvia? ¿ Qué tiene esa seductora mujer que no tienen las demás?.Tirad una gota de agua, de una canilla o un vaso y veréis lo que pasa. Luego observad las gotas de agua que caen del cielo. El agua de lluvia surge del cielo y llega a la tierra, mojándola, descubriéndola en su intimidad, sin miedo de ella. La penetra y recorre, para luego escapar por la pendiente mientras la tierra intenta detenerla; como el enamorado que no quiere dejar ir a su amada, o desea irse con ella. Y al fin todo termina y luego vuelve a comenzar. Al menos siempre ha terminado y siempre ha vuelto, desde que el hombre es hombre y la tierra tiene un Rey. Tal vez mañana ya no se detenga y la tierra vuelva a estar como en un principio de los tiempos. En este caso para algunos la lluvia dejará de ser digna de agradecimiento, y para otros será la gran bendición. Espero ser de los últimos.
Es cierto, hay quienes en estos momentos no veneran el agua que despiden las nubes. Gente sin techo, sin hogar, sin trabajo o sin amor. Algunos de ellos cansados por la soledad y la miseria (a veces voluntarias, ambas).
Los niños no pueden salir a jugar, al menos algunos. En las escuelas, el recreo se consume como el cebo de una vela que dura una media hora, o a veces un poco más, y lo hace dentro de paredes sublevadas por un techo.
Sin embargo otros sí aprovechan la lluvia. ¡Lluvia Divina! Impulsas los barcos de papel y dibujas sonrisas en las caras de los niños. Haces que una pelota obtenga más habilidad y pones patines en los sueños de los competidores.
Lluvia, que a veces acompañas al viento, o él te acompaña a vos. Impulsas al lector a leer y al escritor a escribir.
Ray Bradbury aun deja rastros de su ficción (¿o realidad?) en mis manos. El sentido de “Las Doradas Manzanas del Sol”. Dos hermosos cuentos: “Nunca más lo veo” y “Bordado”, ambos muy tristes. El segundo me recuerda a Picasso, creo saber por qué. De todos modos el tiempo no se detiene y la lluvia sigue.

1 comentario:

Fabián Muniz dijo...

Ese libro de Bradbury es fascinante. A mí también me gusta la lluvia y me parece un milagro. Hay un soneto de Borges que se titula "La lluvia". Te recomiendo leerlo (si aún no lo has hecho), es muy lindo...
Abrazo!!!