viernes, 16 de enero de 2009

El sueño de una niña.


Sentados en la orilla de un atardecer
se juntan la niebla y el silencio
rehaciendo lo que se ha vuelto a deshacer.

A tientas busca el cielo inmenso
nubes con tristeza y ganas de llorar
mas solo encuentra un vació intenso.

La luna comienza otra vez a mirar
con ojos de estrellas confundidas
que reflejan sus luces en un gélido mar.

Ciudad que descansa en luces encendidas
recorridos leves por aquel sendero
recuerdos borrados de un millón de vidas
historias trazadas por un gran guerrero.

1 comentario:

Fabián Muniz dijo...

Lindo poema!!! Me gustó el verso:

"Historias trazadas por un gran guerrero"

Abrazo!!!
A.A